Consumo de insectos en el mundo
El consumo de insectos como fuente de proteína en el mundo ha sido una práctica común en varias culturas, y en la actualidad está ganando popularidad debido a su valor nutricional y a su bajo impacto ambiental. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (2013) se estima que más de 2 mil millones de personas en el mundo consumen insectos como parte de su dieta regular.
Los insectos son una excelente fuente de proteína, ya que contienen una cantidad significativa de aminoácidos esenciales que son necesarios para el crecimiento y la reparación del tejido muscular. Además, los insectos son ricos en grasas saludables, vitaminas y minerales, lo que los convierte en una opción nutritiva y económica para el consumo humano (Rumpold & Schlüter, 2013). Asimismo, debido a su bajo impacto ambiental y alta calidad nutricional, los insectos se consideran una alternativa viable a la carne y otros alimentos convencionales. La FAO ha promovido activamente la cría de insectos para su uso como alimento sostenible (FAO, 2013).
Algunas de las especies de insectos más consumidas en el mundo incluyen los escarabajos, las hormigas, los grillos y las larvas de polilla. Estos insectos se pueden consumir crudos, cocidos, fritos o secados y molidos para producir harina de insectos, que se puede utilizar como ingrediente en la elaboración de alimentos (Van Huis, 2013).
En efecto, el consumo de grillos ha tomado popularidad en los últimos años. Los grillos son una fuente de proteína con un alto valor nutricional y un bajo impacto ambiental (FAO, 2013). Además, los grillos son fáciles de cultivar y requieren menos recursos que la ganadería convencional, lo que los convierte en una opción más sostenible para el consumo humano. Los grillos contienen una cantidad significativa de proteína y aminoácidos esenciales, que son necesarios para el crecimiento y la reparación del tejido muscular. También son ricos en grasas saludables, vitaminas y minerales. Los grillos contienen alrededor del 69% de proteína, lo que los convierte en una fuente de proteína más concentrada que la carne de res (Oonincx et al., 2010).
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Los grillos se pueden consumir de diversas formas, como crudos, cocidos, fritos o secados y molidos para producir harina de insectos, que se puede utilizar como ingrediente en la elaboración de alimentos. Además, el sabor de los grillos es neutral, lo que significa que pueden tomar el sabor de los ingredientes con los que se cocinan. Por lo tanto, los grillos pueden ser una adición sabrosa y nutritiva a una variedad de platos.
A pesar de los beneficios del consumo de insectos, todavía existen barreras culturales y psicológicas que impiden que muchas personas se sientan cómodas al incorporarlos en su dieta. Sin embargo, la FAO ha destacado el potencial de los insectos como una solución sostenible para la seguridad alimentaria y la nutrición en todo el mundo, y ha llamado a la investigación y el desarrollo de técnicas de producción y procesamiento de insectos para mejorar su aceptación por parte de los consumidores (FAO, 2013).
Tomando en cuenta esta tendencia, Crick Superfoods incursiona en el mercado de grillos como fuente de proteína en la alimentación de los ecuatorianos. En efecto, al demostrarse que el consumo de insectos como fuente proteica es promovida por la FAO como una alternativa sostenible y nutritiva. Según la FAO (2013), los insectos son una fuente rica en proteínas, grasas, vitaminas y minerales, y pueden ser producidos de manera eficiente y sostenible en comparación con otras fuentes de proteína animal. Asimismo, la cría de insectos es una opción prometedora para la producción de proteína sostenible, especialmente en países en desarrollo donde la producción de proteína animal convencional es limitada y porque se pueden producir de manera eficiente en pequeñas unidades de producción (Payne et al., 2017).
El consumo de insectos se ha propuesto como una solución prometedora para el abastecimiento de alimentos y proteína, ya que son una fuente nutritiva y sostenible, tienen una alta eficiencia alimentaria y producen menos gases de efecto invernadero en comparación con la producción de proteína animal convencional. Además, la cría de insectos es una opción viable para mejorar la seguridad alimentaria y nutricional en países en desarrollo.
Referencias
FAO. (2013). Edible insects: Future prospects for food and feed security. Food and Agriculture Organization of the United Nations.
Oonincx, D. G., Van Itterbeeck, J., Heetkamp, M. J., Van Den Brand, H., Van Loon, J. J., & Van Huis, A. (2010). An exploration on greenhouse gas and ammonia production by insect species suitable for animal or human consumption. PLoS One, 5(12), e14445.
Payne, C. L. R., Scarborough, P., & Rayner, M. (2017). Nonaka, K., ed. «Insect protein as an alternative source of protein in western diets: A systematic review.» Global Food Security, 15, 8-16. doi: 10.1016/j.gfs.2017.04.001.
Rumpold, B. A., & Schlüter, O. K. (2013). Nutritional composition and safety aspects of edible insects. Molecular Nutrition & Food Research, 57(5), 802-823.
Van Huis, A. (2013). Potential of insects as food and feed in assuring food security. Annual Review of Entomology, 58, 563-583.